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System Shock Remake [REVIEW]

r/ChatGPT_Gone_Wild

Aggiornado a los tiempos actuales, System Shock Remake demuestra que, en 2023, los juegos clásicos bien realizados aún pueden proporcionar entretenimiento con enfoques jugables que podrían parecer anticuados en la actualidad. El System Shock original, desarrollado en 1994 por Looking Glass Technologies (ahora conocido como OtherSide Entertainment), fue un immersive sim de terror en primera persona. Aunque no tuvo éxito comercial inmediato, con el tiempo adquirió el estatus de “juego de culto”, sumándose así al impresionante catálogo de creaciones de Warren Spector.

Ambientado en el año 2072, System Shock Remake nos sumerge en la piel de un hacker que, tras recibir un implante militar, despierta en la estación espacial Citadel, una avanzada instalación de investigación, en órbita alrededor de Saturno. La IA que controla la estación, Shodan, adquiere conciencia, se rebela contra la tripulación y sume todo en el caos. Nuestra primera misión es, sencillamente, garantizar la supervivencia. Para esto, mientras recorremos los pasillos de Citadel, descubrimos gradualmente los horrores que ocurrieron. Shodan, inmediatamente después de despertar, desarrolla un desprecio y odio absoluto hacia la humanidad. Lo que inicialmente parece ser un problema limitado a la estación espacial, pronto se revela que podría poner en peligro la vida en el planeta Tierra.

System Shock surgió como un timonazo respecto de los títulos anteriores en los que Warren Spector venía trabajando, Ultima Underworld I y II. De hecho, él mismo confesó que lo habían dejado “quemado”. Por lo tanto, en Looking Glass Studios se optó por prescindir de los sistemas de progresión basados en estadísticas y árboles de habilidades, ambientando el nuevo juego en un entorno opuesto al medieval fantástico: el futurista cyberpunk.

Así, en 2023, el valor de este remake radica en que, excepto el aspecto visual y sonoro, el resto se mantiene fiel al juego original en un 100%. Es un título que nos mantiene en constante estado de alerta, de principio a fin nos hace sentir más vulnerables que el entorno que nos rodea. Las abominaciones creadas por Shodan son poderosas y los recursos son escasos. Además, esta IA supervisa cada rincón de Citadel, a través de computadoras y cámaras de seguridad. Esto significa que, incluso después de haber limpiado áreas completas de la estación, al revisitarlas podemos encontrar sorpresas inesperadas.

Afortunadamente, es posible destruir los medios de vigilancia utilizados por Shodan. Esto reduce su control sobre la estación, nos abre nuevos caminos y nos facilita un poco la vida con algún que otro ayudín. Para progresar en el juego, además de exterminar enemigos, es necesario resolver puzzles, para abrir puertas y restaurar la energía en algunas áreas. System Shock Remake ofrece varios niveles de dificultad personalizables, permitiendo ajustar la cantidad de enemigos, recursos disponibles y complejidad de los puzzles.

Por otra parte, un aspecto que contribuye tanto a la dificultad como a la tensión, es la escasez de recursos. Aunque hallemos objetos y municiones —al explorar o derrotar enemigos—, lo más eficiente es obtenerlos es a través de máquinas expendedoras. Estas máquinas funcionan con créditos, que encontramos durante nuestra exploración. Al mismo tiempo, también pueden generarse en algunos puntos específicos, reciclando chatarra que acumulamos durante la aventura. Así, el juego plantea de forma intencional el desafío de contar con un inventario limitado, de principio a fin. A menudo, nos vemos obligados a volver sobre nuestros pasos, recolectar chatarra y reciclarla, con el único propósito de abastecernos de créditos.

Es importante destacar que System Shock Remake no ofrece ninguna ayuda al jugador. Sí, una rareza en extinción en el contexto actual de diseño de videojuegos. Desde el comienzo, podemos explorar libremente todos los niveles de Citadel y, con cada backtraking, descubrir caminos alternativos que pudimos no notar antes, aumentando la rejugabilidad. Incluso, en la dificultad más alta, nos imponen un límite de cinco horas para completarlo, tiempo que Shodan necesita para ejecutar su plan de exterminio de la raza humana.

Al igual que ocurría en el juego original, parte de la acción se desarrolla en el ciberespacio, al que accedemos mediante terminales específicas. Lo que hasta ahí era un juego “claustrofóbico y pasillero”, se transforma de repente en un ambiente colorido (que evoca a la película Tron). En este espacio, que simula estar dentro de una computadora, podemos movernos libremente en todos los ejes y disparar al estilo de juegos como Descent. En estas secciones, nuestra misión es hackear la red, destruyendo nodos que permiten acceder a nuevas áreas de la estación. Este modo no es excesivamente complejo y funciona como un minijuego, que nos da un respiro de la acción principal.

Irónicamente, en un juego donde la principal antagonista es una IA, el punto débil radica en la inteligencia artificial de los enemigos. Está lejos de ser perfecta y a menudo se siente un poco simplista. No tienen rutinas de patrullaje ni ataques muy elaborados. Su enfoque principal es perseguirnos una vez que nos han detectado. Sin embargo, esta simplicidad se compensa en parte por la velocidad extrema con la que reaccionan, lo que aumenta significativamente la dificultad de los encuentros. De hecho, con frecuencia nos encontramos asomándonos por los pasillos, anticipando encuentros y evitando ser tomados por sorpresa.

Por otra parte, el combate con armas tampoco es destacable y eso no ayuda a elevar la calidad de los enfrentamientos. Estas se sienten muy similares entre sí y las animaciones no son muy elaboradas. Por desgracia, es el aspecto más simplón de System Shock Remake, apartado donde se le nota que han pasado siete años entre su anuncio y su lanzamiento.

Por el contrario, existen áreas donde este remake se permite innovar: en el aspecto visual y sonoro. La estética se describe como una “reinterpretación” del original de los años 90. La sensación de claustrofobia se mantiene presente, incluso se intensifica. La incertidumbre de encontrarnos en una estación espacial, sin saber qué nos espera a la vuelta de la esquina, es potenciada por la iluminación y las texturas. Sobre estas últimas, un detalle impresionante es el tratamiento retro, con un ligero efecto pixelado y una estética de baja fidelidad. Un toque cyberpunk que complementa de manera excelente con el resto de la ambientación.

Luego, el apartado sonoro es una mejora significativa con respecto original de 1994. Aquellos que lo hayan jugado, notarán que en esta versión el voice acting se asemeja mucho más a System Shock 2, lo cual es un punto a favor. Los jugadores más jóvenes podrían decir que Shodan tiene una inspiración fuerte en GLaDOS (Portal), pero los veteranos sabemos que en realidad es al revés. A medida que avanzamos por Citadel, Shodan se dirige hacia nosotros de manera delirante y esquizofrénica. En algunos momentos, expresa su odio hacia el jugador, lo cual es coherente con su desprecio y aversión a la especie humana.

Sin embargo, de vez en cuando, también muestra admiración al ver cómo superamos sus desafíos y su constante acoso. Así, en este remake, el voice acting enaltece a Shodan como una de las mejores villanas en la historia de los videojuegos. Además, se suman los mensajes pre-grabados de audio de la tripulación, que recolectamos durante nuestra odisea. Estos registros nos permiten reconstruir gradualmente los últimos días antes del colapso, el inicio de la rebelión de la IA y deducir algunas de sus motivaciones finales.

Si nunca disfrutaron de System Shock, están ante la oportunidad de experimentar un pedazo de la historia del gaming, adaptado a los tiempos actuales. A pesar de sus defectos, logra entretener y eso es lo más importante. Quizás la mayor barrera de entrada resida en la baja asistencia al jugador, más teniendo en cuenta que, en los últimos años, se volvió algo excesivo en la industria. Retroceder a mecánicas y planteamientos de hace treinta años puede ser un shock que algunos jugadores no puedan asimilar, optando por rendirse después de unas horas. En lo personal, después de casi 30 años como gamer —similar al tiempo transcurrido desde el lanzamiento de este clásico— puedo decir que, si jugaron el original y les gustó, esta es una compra obligada. [i]


DESARROLLADO POR: Nightdive Studios
DISTRIBUIDO POR: Prime Matter
GÉNERO: Immersive Sim, Terror
DISPONIBLE EN: PC

QUÉ ONDA: El remake de un clásico de la era dorada del PC Gaming.
LO BUENO: Excepto por la parte gráfica y sonora, no cambió casi nada. Todo está como estaba, todo está igual de bien.
LO MALO: La IA de los enemigos y el gunplay medio flojos, pero se le perdona.

Este análisis de System Shock Remake fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.

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