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[REVIEW] Rocket League

La verdadera pasión de multitudes

¿QUÉ ES LO QUE SUCEDE cuando se toman las mecánicas de un juego, y se introducen en un género totalmente distinto? Bueno, pueden pasar dos cosas: resultar en un completo desastre, o bien en Rocket League, un fichín que demuestra que lo más simple muchas veces puede ser lo mejor.

Rocket League es la nueva creación del estudio Psyonix y secuela del Supersonic Acrobatic Rocket-Powered Battle-Cars (¡que nombrecito!), lanzado sin pena ni gloria allá por el 2008 para PS3.

En Rocket League manejamos autos, pero no es un juego de carreras. También tenemos una pelota y dos arcos, pero no es un juego de fútbol. ¿Qué es entonces? Nada más y nada menos que la conjunción de dos géneros reducidos a sus principios más básicos: colocar la pelota en el arco rival empujándola con un vehículo. Fin. No hay mayor misterio detrás, esa premisa es todo lo que necesitamos para resumir el concepto de este fichín. Aun así, cuando intentamos descubrir por qué este juego genera tan elevados niveles de vicio, nos damos cuenta que su sencillez en realidad esconde toda la complejidad que alguien podría desear.

El repertorio de movimientos de nuestro batator es sumamente fácil de aprender y no precisa más que unos pocos minutos en el modo entrenamiento para descubrirlos. Tenemos un botón para acelerar, otro para retroceder, uno de turbo y un último para saltar (sí, nuestro auto salta, y mucho). Esta reducida lista de controles puede parecer de lo más amigable, pero a la hora de ponerlos en acción la cosa se complica, y es justamente ahí donde el fichín brilla. Porque acá, el mayor desafío a superar no es nuestro contrincante, sino a nosotros mismo.

Cada partido de Rocket League es una lucha constante por dominar un híbrido de mecánicas incorporadas a un género para el cual no fueron concebidas. Suena contraproducente y hasta frustrante (y por momentos un poco lo es), pero es justamente la razón por la cual este juego es tan adictivo. ¿Alguna vez tuvieron la necesidad de atajar una pelota con un auto? Si me paro de frente puedo salir a rechazarla, o retroceder para despejarla si cae desde arriba; pero si coloco el vehículo de perfil a lo largo de la línea, puedo moverme hacia los costados del arco si es necesario. Estos dilemas y muchos otros se presentan deliberadamente al jugar. Cada acción que realicemos, por más sencilla que parezca, precisa de algún cálculo premeditado, si es que no queremos sufrir las consecuencias después.

En Rocket League tenemos la opción de jugar tanto en solitario –1 vs 1–, como en equipos. La primera modalidad es un poco menos dinámica y más táctica, dado que al no tener un compañero que cubra nuestros pifies, cualquier error nos puede dejar vulnerables frente al rival. Es un tire y afloje para ver quién arriesga más.

Con los partidos en equipos –de hasta 4 vs 4– es donde la cosa se pone interesante, sobre todo cuando jugamos online o con amigos. Es mucho más frecuente que en partidos grupales se divida un poco la posición sobre la cancha de forma espontánea, para cubrir mejor los espacios. ¡O quizás no! Nada prohíbe tirarse todos juntos sobre la pelota como desbocados, provocando choques y explosiones instantáneas a nuestros contrincantes, porque al fin y al cabo, todo vale en este juego.

Pero la mayor fuente de diversión de Rocket League llega con los hilarantes desaciertos provocados por la mezcla de mecánicas: goles en contra, remates al arco fallidos, exceso de aceleración, y demás errores de cálculo –que son muy, pero muy comunes– que provocan la risa de nuestros adversarios y la bronca de nuestros compañeros. Y si bien los pifies son de lo más divertidos, ¡imagínense los aciertos! Meter un gol en el último minuto, salvar una pelota en la línea, o conseguir un rebote en el aire es lo más gratificante que le sucedió a los juegos de deportes en mucho tiempo.

En Rocket League tenemos cuatro modos de juego no muy distintos entre sí. Podemos disfrutar de los básicos amistosos en Exhibición, o jugar una temporada con clasificación y puntos, lo cual es un poco más interesante. También está disponible un modo práctica, ideal para calentar motores con unos sencillos tutoriales que nos enseñan las posibilidades de los controles. Por último, pero no por eso menos importante, el modo online donde podemos deleitarnos con encuentros de clasificación o libres. Cabe destacar que, debido a la gigante e inesperada recepción que tuvo este título –en parte porque está incluido dentro del catálogo de juegos gratuitos de PS Plus de julio–, los servidores se vieron colapsados en su lanzamiento. Por suerte en estos momentos ya andan mejor, pero todavía no es raro encontrar cuelgues a la hora de matchear encuentros, o partidos en donde nuestro auto tiene ataques de epilepsia debido al lag.

Ojo al piojo. También  pasó que muchos usuarios están advirtiendo que Rocket League provoca sobrecalentamiento y exceso de ruido en sus PS4 de tal forma que pareciera que la consola fuera a despegar como un cohete. Psyonix ya está trabajando en los problemas, mientras tanto, no sean micos y jueguen con cautela.

Como frutilla del postre, también podemos personalizar nuestro vehículo de la forma que queramos, cambiando el color, tipo de pintura, modelo, adornos, y demás alternativas estéticas.

Pareciera que en Rocket League todo es color de rosas, y casi que lo es. Lo único que podríamos reprocharle es la poca variedad de opciones de juego. Se echa en falta un modo desafío, o la posibilidad de jugar temporadas online. Sin más, en un momento este redactor estuvo a punto catalogar la lentitud con la cual la pelota cae durante los rebotes como un minúsculo error de diseño, porque disminuye la dinámica de los partidos. Hasta que caí en la cuenta: la intención de Psyonix era el juego aéreo. La esférica se mantiene tanto tiempo en el aire para darle tiempo al jugador de despegar el auto del suelo, impulsarlo con el turbo y hacerlo volar para ejecutar tiros espectaculares. Por algo la palabra “rocket” está en el título, ¿o no?

Lo cierto es que más allá de sus (casi nulos) errores y aciertos, Rocket League es, sin duda, un aprendizaje de principio a fin. Y lo mejor de todo es que no hace falta ser aficionado a las carreras, ni al fútbol, ni a ningún deporte para disfrutarlo, porque este fichín es apto para todo aquel que tenga ganas de divertirse. ¿Tienen ganas de divertirse? Entonces jueguen Rocket League. [i]

DESARROLLADO: Psyonix
DISTRIBUIDO: Psyonix
GÉNERO: Fútbol en autitos
PLATAFORMAS: Windows, PS4


CALIFICACIÓN

93%

 

QUÉ ONDA: Fútbol con coches. Nada más, nada menos.
LO BUENO: Un gran ejemplo de simpleza y diseño. Extraordinariamente adictivo y divertido. Gráficos. Cross-play entre sus plataformas PC y PS4.
LO MALO: Tiene pocos modos de juego.

 

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