Coberturas

World of Warcraft en Latinoamérica

Con más de 10 millones de miembros suscriptos de todo el mundo, World of Warcraft es un excepcional juego de rol multijugador masivo en línea. Con jugadores suficientes para poblar un pequeño continente, se ha convertido en un fenómeno tan grande que prácticamente se considera un género en sí mismo. Ahora el dominio de los poderosos reinos de Azeroth se extendieron a Latinoamérica y nosotros te contamos cómo es y cómo podés jugarlo.

World of Warcraft es un juego de rol ambientado en un universo persistente. Esto significa que “existe” aun si se apaga la computadora, ya que, aunque lo tengamos instalado en el disco, todos los acontecimientos del juego ocurren y son registrados en una gran cantidad de servidores –llamados “reinos”– mantenidos por Blizzard Entertainment, la compañía desarrolladora y dueña de la licencia. Es la razón por la que luego de comprar el juego y pasar los primeros 30 días jugando, hay que pagar una cuota equivalente a unos US$15 mensuales para seguir ingresando al reino.

¿Se preguntan por qué diez millones de jugadores harían algo así?

En WOW podemos integrarnos a un mundo repleto de aventuras junto a miles de personajes controlados por otros jugadores como nosotros, procedentes de cualquier país. Es tanta la cantidad de actividades posible que explicarlas consumiría horas. Resumiendo muchísimo, se puede ser un feroz guerrero, un hábil comerciante, un Paladín santificado e incluso un ladrón. Podemos fabricar armaduras de cuero, pociones energizantes o simplemente pescar tranquilamente en las bellas masas de agua para cocinar platos exquisitos con propiedades únicas (que venderemos a buen precio). Podemos especializarnos en armas, en magia o en ambas cosas. Podemos matar o sanar. Podemos ser amigables, o unos grandes y terribles hijos de Azeroth.

Sin embargo, la verdadera diversión pasa por hacer amigos y salir juntos de aventuras. El juego cuenta con un sistema de chat organizado en canales generales, de comercio, de grupo, de hermandades y también privados, además de permitir la comunicación por voz y contar con un servicio postal interno. Es allí, en la amistad y los deberes del grupo de amigos, en donde WOW brilla y se explica a sí mismo, al igual que cualquier comunidad en Internet.

“¡Eh, Torf, vamos a las Cuevas de los Lamentos esta noche! ¡Necesitamos un tanque y un healer más!”, es una conversación normal entre los miembros de un grupo o banda. “¡Los %#@%& de la Alianza están atacando Trinquete! ¡Vamos a patearles el %#@%&!”; “¿Ominórej, tenés pellejo curado?”; “¿Mico, sabés cómo ir a Orgrimmar si estás en la Bahía del Botín?”

Aunque podemos jugar solos, al menos un tiempo, WOW está pensado para una comunidad de amigos (y enemigos). El objetivo inicial es crear un héroe y hacerlo mejorar sus habilidades y poderes. Comenzamos eligiendo el tipo de reino: puede ser para luchar solamente contra los monstruos del juego, o bien para competir también contra los otros jugadores conectados. Actualmente, son tres los reinos disponibles en español y con miles de jugadores latinos: Blizzard los ha bautizado como Quel’Thalas, Drakkari y Ragnaros. En el primero no lucharemos contra otros jugadores excepto que queramos hacerlo. En los otros dos nadie hace preguntas antes de romperte el cráneo a hachazos.

Lo siguiente es elegir uno de los bandos, y dentro de este a una de las razas. Existen dos bandos: la Alianza (compuesta por cinco razas distintas: Humanos, Elfos de la Noche, Enanos, Gnomos y Draenei) y la Horda (Orcos, Tauren, Trolls, No Muertos y Elfos de Sangre). Cada raza tiene sus características únicas y se juega diferente. Hay varias “profesiones” también para cada una; entre otras: Guerrero, Druida, Sacerdote, Brujo, Pícaro y Paladín.

Aunque la Alianza y la Horda se odian –por razones que vienen de los primeros juegos RTS de la licencia–, aceptan colaborar para derrotar a un enemigo en común, la Legión Ardiente. La elección implica que tendremos enemigos dispuestos a arrancarnos las tripas si entramos en su territorio. Cosa que a veces es imprescindible para cumplir misiones, o bien porque sí; después de todo, matar personajes de la facción contraria premia con puntos de honor, que sirven para comprar equipo especial. ¡Todo lo que hacemos sirve para algo!{mospagebreak}

World of Warcraft fue lanzado en noviembre de 2004 en formatos PC y Mac. Pero al tratarse de un juego en línea, recibe periódicas actualizaciones y se mantiene como nuevo. Es un universo inmenso. Al principio se componía de dos continentes, Azeroth (así también se llama el “planeta” donde supuestamente está el juego) y Kalimdor. Son muy extensos y albergan a la mayoría de las diez razas en su propio territorio. En 2007, la expansión The Burning Crusade (La Legión Ardiente) agregó el mundo de Terrallende, en la práctica un tercer continente tan vasto como los otros. Terrallende es accesible a través de un portal mágico para jugadores de muy alto nivel. Este fin de año, la segunda expansión del juego, The Wrath of the Lich King (La Furia del Rey Exámine), traerá a la vida el brutal continente nórdico.

Con cada expansión, Blizzard da un paso en la apasionante historia del juego, centrada en la supervivencia de Azeroth, atacada por los demonios y criaturas de la Legión Ardiente. También mejora las reglas de juego, suma misiones, poderes, profesiones, habilidades, objetos y personajes. Con WOW clásico se podía alcanzar el nivel 60 y ya eras un héroe impresionante. Con The Burning Crusade el nivel se amplió a 70 (fue cuando se agregaron los Elfos de Sangre para la Horda y los Draenei para la Alianza), y con la próxima expansión habrá personajes de nivel 80, de esos que vuelan en sus propios dragones y tienen poderes casi invencibles. Entonces se sumará una nueva clase para todas las razas con personajes de nivel 55 o superior, el Caballero de la Muerte.

 

Pero por algún lugar de empieza, ¿verdad?

Los primeros pasos por el mundo de Azeroth conducen a zonas de cacería, y a aprender paulatinamente a vender y comprar, cumplir misiones de llevar y traer cosas, escoltar a alguien, defender un lugar, encontrar esto o aquello, y más. El juego, aunque tiene sus años, es una belleza en términos gráficos y de diseño. Cualquiera de los territorios que conforman los actuales tres continentes del juego son para el asombro: grandiosos, coloridos, con paisajes que cortan el aliento, atardeceres espléndidos y edificaciones que son un lujo de la creatividad y el buen gusto.

Muchos micos suelen quejarse de que los personajes y escenarios son muy estilo cartoon (en especial los que se quejan son los jugadores de Lineage II, acostumbrados a sus personajes onda anime que siempre están en poses algo dudosas; no offense). Sin embargo, la estética de WOW probó ser extremadamente popular desde Warcraft: Orcs and Humans, el RTS, cuyo estilo visual se traslado del 2D al 3D con Warcraft III.

Los jugadores mueven sus personajes entre los dos continentes principales utilizando transportes capaces de cruzar el gran océano. La Alianza se mueve en barcos, y la Horda en dirigibles controlados por goblins. En el interior de los continentes, es posible desplazarse entre ciudades o asentamientos en monturas voladoras, viajes cortos de algunos minutos que cuestan algo de dinero; y si eres de nivel muy alto, en tu propia montura (hay lobos, raptores emplumados, elefantes colifas y otros bichos).{mospagebreak}

A medida que jugamos y utilizamos las armas y poderes, se sube de nivel volviéndonos más poderosos y ganando reputación entre los distintos territorios que exploramos. Con el tiempo, el objetivo real cambia a formarse en una hermandad, controlar territorios y unirse a la gran batalla en contra de la facción contraria y de la Legión Ardiente.

Hay una cantidad de profesiones que se pueden practicar, como el desuello y la peletería, la herboristería y la alquimia, la minería y la joyería, la marroquinería y sastrería, el encantamiento, los primeros auxilios o la cocina. ¡Incluso se hacen torneos periódicos de pesca! Lo que ganemos lo podemos vender a los comerciantes del juego (los hay en cada ciudad grande y en los poblados y asentamientos), a otros jugadores, o colocarlos en la casa de subastas. La economía de World of Warcraft es libre y funciona mejor que en la Argentina y el resto de los países latinoamericanos.

Ya nada me importa, mamá

La principal característica del WOW es la facilidad con la que se vuelve una adicción. El que comienza a jugar suele abandonar cualquier otro videojuego y dedicar todo su tiempo a subir de nivel y reunirse con sus amigos virtuales. Y estamos hablando de que jugar WOW es una costumbre que se extiende durante años. Otros juegos por lo general te duran una semana o dos.

Otra característica notable es la que nos da un bonus a la experiencia cuando no estamos conectados durante mucho rato. Si antes de salirse del juego dejamos a nuestro personaje en una posada o alguna de las grandes capitales, al regresar la barra de experiencia sube un poco más rápido al matar bichos. Esta es una forma de compensación para aquellos que no tienen todo el tiempo que quisieran para jugar. Así tienen la posibilidad de alcanzar a sus amigos, que han seguido jugando y subiendo de nivel sin descanso, sin afeitarse, sin ver a su novia y sin visitar el inodoro en toda la semana. ¡De verdad que hay de esos!

 

Explicado muy fugazmente lo que significa jugar a un MMORPG (como se sabe, además de WOW existen muchos más, por ejemplo Lineage II: The Chaotic Throne y Age of Conan: Hyborean Adventures, ninguno tan popular como este, al menos en Occidente) , vamos a contarles algunos detalles más acerca de la llegada de los reinos para Latinoamérica.{mospagebreak}

 

Hasta ahora, estábamos condenados a jugar en los servidores que Blizzard tiene por todo el planeta, y con el juego en inglés salvo que estuviéramos conectados con los reinos de España. Los latinos debíamos jugar en los reinos estadounidenses o europeos. Cabe aclarar que cada reino o servidor contiene una copia del juego única; los reinos no se pueden relacionar entre sí. Si bien es posible pagar para “mudar” un personaje de uno a otro, en general debemos elegir bien dónde estaremos. Los jugadores de un reino no pueden comunicarse con los de otros reinos.

Los tres reinos latinos albergan ahora a una comunidad que habla mayoritariamente en español, y el juego está traducido por completo. Blizzard ofrece mover gratis a los personajes de jugadores latinos desde los reinos muy poblados al reino latino llamado Ragnaros. Poco a poco, también Quel’Thalas y Drakkari empiezan a llenarse con miles de nuevos jugadores.

Que Blizzard haya confiado en abrir servidores especiales para la comunidad latina es una gran cosa, algo sin precedentes. Quizás su llegada a nuestra región pueda animar a otras empresas a invertir más recursos aquí.

 

Los reinos latinos de WOW están físicamente en Texas (EUA), por motivos que tienen que ver con la calidad de conexión y el lag, o demora de comunicación entre las computadoras cliente y los servidores. Es decir, si ya jugabas antes a WOW no verás cambios en ese sentido.

La diferencia es que ahora el 90% o más de la población de cualquiera de los tres reinos latinos se comunica en español, y que es posible adquirir el juego en caja y las tarjetas de juego de prepago en las principales tiendas de Argentina, Chile y México. Además, uno se puede suscribir por uno, tres, o seis meses con una tarjeta de crédito local e internacional Visa, MasterCard, Discover y American Express. Los demás países de América Latina también pueden unirse pagando la suscripción con tarjetas de crédito internacional. El servicio de asistencia al cliente funciona en español, no importa en qué país vivamos.{mospagebreak}

Las cajas que nos enviaron –cortesía de Edusoft, el distribuidor en Argentina– son preciosas y en castellano, de muy buen material, en relieve, muy bien impresas, y con tapas desplegables y abrojo. En el caso de la de WOW, trae el DVD en un sobre de cartón duro también bien impreso a todo color, 30 días gratis de acceso al servidor, el manual de tipo bolsillo con 192 páginas B&N (tapa color) todo en castellano, y dos invitaciones de 10 días para un amigo, a quien Blizzard recomienda prestar el DVD del juego junto con una invitación donde figura el número de serie especial.

La expansión, The Burning Crusade, viene en una caja similar, en relieve, muy bonita, con el sobre de cartón duro a todo color con el DVD y, en vez del manual, un folleto o mini-manual de 16 páginas B&N donde explica el proceso de instalación y mejora de la cuenta original y la historia de las dos razas nuevas. También trae otras dos invitaciones de 10 días para amigos.

Es decir, la presentación es excelente, todo en castellano. La excelente presentación de las cajas es material coleccionable que cualquier fana de WOW quisiera conservar.

Además de servir como material de colección, también es útil para quien no tiene tarjeta de crédito.

El juego y su expansión se pueden comprar también vía Internet, en la web en castellano de World of Warcraft. En este caso se descarga, se lo prueba gratis por 30 días y luego hay que elegir un método de suscripción. World of Warcraft cuesta $19.99 dólares o su equivalente en moneda local en todas las regiones sin distinción (de no ser así, se producirían éxodos masivos a los reinos más baratos).

La actualización electrónica a The Burning Crusade tiene un precio de $29.99 dólares, y el mes de suscripción recurrente cuesta $14.99 dólares. Además hay descuentos por suscripciones de tres y seis meses y por la compra de tarjetas de juego prepagadas.

 

En Irrompibles lo estuvimos probando desde el lanzamiento de los tres reinos latinos, el pasado 25 de julio. Comprobamos que la latencia entre los reinos y las máquinas clientes permiten jugar sin problemas, como era de esperar, y que todo funciona perfectamente, incluyendo el servicio de asistencia telefónica y dentro del juego (donde los empleados de Blizzard pueden presentarse como serviciales monjes con superpoderes).

Jugar con y contra otros jugadores latinos es una experiencia maravillosa…

…mucho más cálida que la vivida en algunos reinos con mayoría de habitantes de lengua inglesa, donde también estuvimos alguna vez. ¡Tenemos varias anécdotas repletas de honor, orgullo y valentía! Pero si hubiera algo que criticar de este nuevo WOW latino, es el modo casi literal en que se tradujeron los lugares y personajes. Si son de los que ya estuvieron o están jugando, se van a encontrar con nombres casi insoportables como “Poblado Pezuña de Sangre” o “Tejespina Erizapúas”; la vieja y querida ciudad de los No Muertos, Undercity, ahora se llama “Entrañas”. Thunder Bluff salió bien librada: se llama “Cima del Trueno”.

La comunidad latina está acostumbrada a los anglicismos y, al contrario que los españoles, preferimos mantener los nombres tal cual fueron creados en los juegos y en otras formas de entretenimiento. Blizzard no supo interpretarnos en ese sentido, a pesar de que en los foros oficiales la comunidad reclamaba no tocar los nombres originales. De todas maneras, si nunca han jugado a WOW y deciden dar ahora sus primeros pasos en Azeroth, no tendrán grandes molestias y hasta les resultará divertido.

 

Nosotros creamos personajes de todas las razas, en los tres reinos latinos (se puede tener 10 personajes en cada reino). Fuimos orgullosos Tauren druidas, capaces de convertirnos en osos feroces, en leones marinos que respiran bajo el agua y en terribles felinos que pueden volverse casi invisibles para atacar por sorpresa, y cuando logremos alcanzar más nivel trabajaremos en las misiones que nos permitirán tomar la forma alada, para volar a gusto. Fuimos también No Muertos pícaros, con la habilidad de robar y ser sigilosos. Fuimos Elfos de Sangre con dominio sobre las magias y las espadas. Fuimos odiosos Trolls expertos en arco, en guerra contra nuestros hermanos dementes de las Islas del Eco, y por supuesto Orcos salvajes con hachas del tamaño de un fitito. También probamos un poco ser magos Humanos, Gnomos guerreros y Draenei cazadores. Sin embargo, nuestro corazoncito está con la Horda.

Estuvimos jugando durante una enorme cantidad de horas diarias, en vez de hacer la revista de agosto. No porque debiéramos cumplir con algún mandato especial, más allá de escribir este informe para algunos medios, sino porque WOW es tan espléndido que merece ser jugado sin descanso. ¡Seguimos haciéndolo! Es súper adictivo, abundante en todos aspecto.

En verdad, resulta imposible no caer embrujado por el fantástico mundo de Azeroth. Una sola advertencia les podemos hacer: Aléjate del vudú.

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