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Pokémon Scarlet y Pokémon Violet [REVIEW]

Atrapando bugs

Este fue un año muy intenso para la saga de Game Freak: en tan sólo 12 meses, tuvimos tres juegos importantes de Pokémon. Primero recibimos Pokémon Brilliant Diamond y Shining Pearl, remakes de los fichines de 4° generación, lanzados en el 2006 para DS. Luego nos deleitaron con Pokémon Legends: Arceus, que pateó el tablero y cambió todas las reglas de juego, acercándose al siempre reclamado MMO de Pokémon. Y ahora es el turno de la 9° generación, con los títulos que nos competen.

Con tantos lanzamientos seguidos —y por más que Nintendo haya tercerizado el desarrollo de Brilliant Diamond y Shining Pearl— estábamos convencidos de que Game Freak le había tomado la mano a lo que estuvo practicando todo este tiempo desde Sword y Shield: escalar la saga a una modalidad sandbox. ¿Representan Scarlet y Violet una mejora, o nos chocamos con una pre-evolución por accidente? Veamos…

Story path

Nadie que juegue Pokémon espera encontrarse con un guión digno del oscar o una narrativa conmovedora hasta las lágrimas, y quizás sea esa falta de expectativa o de confianza la responsable de la sorpresa, ya que esta vez tengo que darle la derecha a Scarlet y Violet, porque por primera vez decidieron darle una vueltita de rosca a su historia.

El juego comienza haciéndonos personalizar a nuestro personaje, quien está a punto de ingresar al Colegio Hogwarts de magia y hechicería a la Academia Pokémon más grande e importante de la región. Como estudiante principiante, además de asistir a clases —que sirven como tutoriales de sus mecánicas e introductorias del lore— nuestro deber será salir de “viaje de estudios” y curtirnos por las anchas del mundo, explorando cada zona del mapa y buscando nuestro lugar como maestros pokémon.

¡Se dice “Leviosa”, no “Leviosáaaa”!

Cubierta la introducción, Pokémon Scarlet y Violet se abren para dejar a nuestra merced el rumbo que queremos tomar, dándonos tres caminos (path) para elegir, los cuales podemos alternar y progresar con libre albedrío —aunque todos deben ser completados para finalizar el fichín—. Cada uno de ellos, a su vez, se dedica a desarrollar su propia narrativa, todas dentro de una historia más grande, por supuesto, que engloba al juego en sí mismo. Los tres path son: Victory Road, Starfall Street y Path of Legends.

El primero, como supondrán, es la clásica historia de todos los Pokémon: derrotar los ocho gimnasios y salir victoriosa/o ante la Elite Four. Nada nuevo por aquí.

Starfall Street vendría a ocupar la temática, también clásica, de las bandas criminales que azotan a los pokémones, aunque de una forma más original. Esta vez nos presentan a una organización mala onda llamada Team Star, conformada por estudiantes bullies que, por alguna razón, se les dió por construir bases militares por todo el mapa. Nuestro objetivo acá es visitar cada una de las bases y darles su merecido a puro golpe e impactrueno.

El último, Path of Legends, tal vez el más original, bebe directamente de los bosses introducidos en Arceus. En este camino, debemos encontrar y derrotar a ciertos pokémones especiales de tamaño XXL repartidos por el mundo. Cada uno de ellos —al igual que los gym y las bases de Team Star— pertenece a un tipo de elemento diferente, y su derrota individual nos recompensa cada vez con una habilidad nueva para nuestra montura.

Scarlet vs Violet

Las diferencias entre ambas versiones no son tan notorias, pero no está de más remarcarlas. En principio, el pokémon legendario que recibimos en Scarlet es Koraidon, mientras que en Violet es Miraidon.
Cada versión tiene más de veinte pokémones exclusivos, tanto nuevos como de otras generaciones. Por ejemplo, si queremos atrapar un Tyranitar, va a haber que buscarlo en Scarlet, mientras que sólo en Violet podemos capturar un Clauncher.

En cuanto a la narrativa, es la academia a la que asistimos la que cambia por completo dependiendo la versión que juguemos. Mientras que quienes adquirieron Scarlet asisten a la Academia Naranja, los que tienen Violet tienen clases en la Academia Uva. Ambas instituciones educativas tienen un uniforme con formato y colores distintos.

También cambia el profesor principal que nos dirige en nuestra aventura, con la profesora Sada protagonizando Scarlet y el profesor Turo haciendo lo suyo en Violet. Ambos nombres son un juego de palabras con “pasado” y “futuro”, con un vestuario que hace referencia. Esto también se refleja en el pokémon legendario de cada entrega: Koraidon tiene un look más prehistórico mientras que Miraidon tiene toques futuristas.

Hay otros pequeños detalles que difieren a lo largo de la historia, pero les toca descubrirlos a ustedes.

Si bien el progreso del juego es libre y depende del camino que vayamos haciendo, sí tiene ciertas pequeñas limitaciones, asentadas por el diseño del mapa —además del alto de nivel de los pokémones de algunas regiones—. Por ejemplo, hay gimnasios a los cuales no vamos a poder acceder hasta que nuestro legendario (que hace de montura) aprenda determinada habilidad, como escalar o nadar. Estos accidentes geográficos, inteligentemente dispuestos, se aseguran de que por más que tengamos libertad de exploración, no nos pasemos de rosca viciando sólo uno de los path.

Como siempre sucede, la nueva región protagonista de la generación, llamada Paldea, está inspirada en un lugar real, esta vez en España. Se puede apreciar (levemente) en las edificaciones; en los diálogos de los personajes, que meten bocadillos en la lengua del Quijote; en los nombres de varios pokémones nuevos y en la comida que podemos cocinar a lo largo del juego.

Sí, podemos cocinar, pero ya vamos a detenernos en este punto más adelante.

Visual Path

Estoy pensando una forma delicada de enumerar los drásticos glitches y pobre rendimiento técnico del juego, pero sinceramente, no encuentro la manera de sumergirme en el tema sin llevarme antes las manos a la cabeza. Siendo franco y dejando de lado toda sutileza, Pokémon Scarlet y Violet son, técnicamente, no sólo el peor lanzamiento de la saga hasta la fecha, sino visualmente lo más anticuado y desprolijo que vi en mucho, mucho tiempo.

Cualquier falencia que se puedan imaginar, está presente en Pokémon Scarlet y Violet.

Lo primero que salta a la vista es el pobre apartado gráfico, digno ni siquiera de Wii U, sino de Wii. Bordes serruchos por doquier, texturas lavadas, poca definición de detalles, reflejos de luces exagerados e inverosímiles y puntos de fuga a dos metros del personaje. El juego hace uso de resolución dinámica, siendo el máximo 1080p cuando la consola está en su dock, y 720p en modo handheld. Sin embargo, rara vez llega al máximo de definición.

En cuanto a los frames, decir que corre a 30fps sería exagerar, pero puedo asegurar que lo intenta. Tiene caídas de cuadros constantemente, más o menos violentas dependiendo de la zona y situación. Ni les cuento lo que pasa cuando accedemos a la zona nevada del mapa, por ejemplo, o el gran lago del norte, donde los frames bajan hasta el infierno de Dante. Los objetos y NPC también sufren de ahorro de fps cuando están a la distancia, lo que hace que el juego luzca como una mala película de stop motion.

Podría hacer un parrafo aparte para criticar el hardware de Switch, si no fuera que existen juegos como Xenoblade Chronicles y The Witcher 3 que andan mejor, a pesar de ser mucho más pretenciosos. Incluso Pokémon Arceus, que salió casi un año antes, funciona y luce mucho más suave. No hay excusa que valga.

Más allá del rasgo puramente visual, Pokémon Scarlet y Violet tiene una linda colección de bugs para toda la familia: paredes transparentes, pisos que desaparecen, personajes que flotan, menúes de carga lenta, y clipping constante que haría morir de envidia a la técnica de la fusión de Goku.

También hay pop-in, ¡no podía faltar!, tanto que uno se termina llevando puesto pokémones porque aparecen justo delante nuestro, sin darnos oportunidad de esquivarlos.

Aunque mi glitch favorito por excelencia, es el de apuntado. El 99% de las veces, al apuntar a un pokémon salvaje, la cámara no reconoce al objetivo y no nos muestra su nombre, ni su nivel, ni si lo tenemos atrapado o no. Desconozco si es una simple casualidad, si tiene que ver con su programación, o si la gente de Game Freak además de los pokemones quiso meter bugs exclusivos, pero este error es mucho más frecuente en la versión Scarlet que en la Violet.

A priori, este fallo puede sonar mucho más insignificante de lo que es, pero en realidad tal vez sea el peor de todos, ya que además de molestar visualmente, interrumpe toda la dinámica del juego. Puedo contar con los dedos de una mano las veces que logré atrapar a un pokémon sin antes ponerme a girar como trompo alrededor de él, esperando a que apareciera la información del HUD. Muy frustrante realmente.

News path

Toda generación de Pokémon viene acompañada por novedades jugables. En esta ocasión, además de contar con más de cien pokémones nuevos, Scarlet y Violet introducen una nueva mecánica llamada Fenómeno Terastal.

Para explicarlo de forma sencilla, el Fenómeno Terastal es similar a cómo funcionaba el Gigantamaxing en Sword y Shield, pero en vez de convertir a nuestros pokémones en gigantes, los cristaliza, cambiándole su tipo temporalmente, y aumentándole los stats. De esta forma, las criaturas de bolsillo, además de tener su tipo principal y secundario, pueden tener un tercer tipo “Tera”. Por ejemplo, podemos tener un Pikachu con Tera tipo aire, y al Teracristalizarlo, Pikachu pasaría a ser un pokémon tipo aire, en vez de eléctrico.

Esto influye en gran medida en el planteo táctico de los combates —quizás no tanto en el modo historia, que es bastante permisivo, pero sí en los duelos online—, sobre todo porque los pokémones ahora también pueden aprender movimientos del mismo tipo que su Tera.

Dada esta variante de mecánicas, Scarlet y Violet dieron un paso adelante y se modernizaron en cierto sentido, facilitando el acceso a ciertas características que antes estaban más limitadas. Por ejemplo, como es más común variar los ataques de los pokémones por la estrategia Tera, el juego nos permite ahora fabricar TMs de forma mucho más fácil y rápida. Lo mismo con sus movimientos: basta con abrir el menú en cualquier momento, seleccionarlo, y decidir qué técnica queremos que recuerde.

La otra gran incorporación que viene a dinamizar un poco la aventura, es el Auto Battle. Como bien adelanta el nombre, se trata de la posibilidad de mandar a los pokémones a pelear de forma automática, sin entrar en fase de combate. Al apretar el botón de Auto Battle, nuestro compañero que lidera el grupo, sale corriendo hacia adelante en plan patotero a fajar a todo bicho que se tope en el camino. Si bien la experiencia que recibimos al ganar así es menor, en realidad acelera muchísimo el grindeo del team.

Por otro lado, como ya adelantamos más arriba, en Scarlet y Violet nos vamos a encontrar con todo un añadido gastronómico. Influenciado por platillos propios de la península ibérica, de donde toma referencia el título, la posibilidad de cocinar y comer se convierte en una característica del juego, en teoría, importante. Y remarco “en teoría”, porque si bien el fichín nos incentiva a invertir tiempo y esfuerzo en esta mecánica todo el tiempo —dado que cada plato incrementa los stats de los pokémones—, debo reconocer que pude pasarme el juego entero con sólo dos sandwiches virtuales en el estómago. Así que tan esenciales, no son.

Sobre el online

En cualquier momento de la partida (si tenemos una suscripción a Nintendo Switch Online, claro) podemos abrir el Poke Portal y conectarnos con otros jugadores para iniciar varias actividades. Además de la infaltable posibilidad de intercambiar pokémones con amistades, o también con desconocidos (sin saber qué vamos a recibir a cambio), tenemos la chance de participar en Tera Raids, que no son más que combates en equipo de cuatro entrenadores contra un pokémon salvaje en su forma Tera. Podemos comunicarnos con los demás a través de diálogos preestablecidos, y al vencerlo, tenemos la chance de atrapar a la criatura enfrentada.

Las Tera Raids son iniciadas por un jugador en el momento que encuentra un cristal en el mapa de su aventura. Es decir que, al conectarnos a una de estas incursiones, estamos uniéndonos a su partida.

Si se trata de pelear contra otros entrenadores, tenemos el Estadio de Combate, presentado en la generación anterior, con un menú que da la impresión de haber abierto un juego aparte. Acá podemos disputar tanto Combates Amistosos, cuyos resultados no pueden dañar otra cosa que nuestra moral, como Combates Clasificatorios, atados a nuestro ranking. Los combates pueden ser simples, dobles o hasta triples.

Aquí también podemos acceder a Torneos en Línea, cuando haya, y una curiosa función que nos permite tomar Equipos de Préstamo, para los que hay que saber previamente el código identificatorio del equipo que otro entrenador nos está prestando.

Otro aspecto de conectividad totalmente distinto que presenta esta generación es la posibilidad de jugar en forma cooperativa, con hasta tres personas conectándose a nuestra partida y explorando el mundo con nosotros. Para poder jugar de esta manera debemos crear un Grupo. Quien lo haga, tiene que compartir el código a los demás jugadores que les interese unirse. Mientras estemos en un grupo, no podemos usar las funcionalidades online por fuera del mismo.

Acá, tranca, clippeando con Morton.

Uno de los usos más interesantes de este modo es el de conectarse con personas que tengan la versión opuesta del juego, ya que esto nos permitirá poder atrapar en el mapa a los pokémones que son exclusivos de la versión que no tenemos. ¡Trucazo!

Sin dejar de apreciar las flamantes incorporaciones, lamentablemente, Pokémon Scarlet y Violet también gozan de elementos que brillan por su ausencia. Hay características que en pleno 2022 —y tras 26 años de franquicia— no pueden seguir faltando. Una de ellas es la traducción al español latino, algo con lo que Nintendo ya nos tiene (mal)acostumbrados con todos sus juegos, ofreciéndonos sólo localización de España. ¡Me cago en la leche, poneos las pilas tío!

Otra muesta de pobre de rendimiento, hasta los boxes tardan en cargar.

Tampoco existe manera de ordenar a los pokémones en sus boxes por sus nombres, número o nivel de forma automática. Si son de sufrir TOC organizativo, prepárense para acomodar todo a manopla.

En ese sentido, Nintendo es tan tradicionalista que viene muy atrasado en términos de UI. Su oferta de opciones es escasa: no se pueden remapear los botones, ni configurar la cámara, o personalizar el funcionamiento del radar y minimapa; y ni hablemos de ajustes básicos visuales o de accesibilidad. Se juega como Game Freak quiere, o no se juega.

Postgame

Luego de casi 40 horas de juego y tras ganar la historia principal, Pokémon Scarlet y Violet tiene bastante contenido para entretenernos durante mucho tiempo más. La pregunta clave en todo caso es: ¿puede?

El juego en sí es como una batalla pokémon, donde combaten las ganas de jugar, y las ganas del título de romperse. Lo más triste, es que muchas veces nos derrota con algún bug super efectivo. Y por más que esta novena generación no brille por sus novedades, ni por el diseño de las criaturas nuevas (hay uno que es una aspiradora… ¡comete esa, Klefki!), sigue cumpliendo con lo que promete. Es decir, es un Pokémon, con las garantías que eso significa: la receta funciona y es divertido. Lo que no es divertido son sus bugs, que contaminan cada ámbito de la experiencia.

En mi opinión, si son fans de la franquicia, no deben perderse Scarlet y Violet, pero esperen un poco. Hagan un dig durante un tiempo, y vayan sacando la cabeza ocasionalmente hasta que Nintendo arregle este descontrol. [i]


DESARROLLADO POR: Game Freak
DISTRIBUIDO POR: Nintendo
GÉNERO: RPG
DISPONIBLE EN: Nintendo Switch

QUÉ ONDA: La 9° generación de la saga llega con más bugs para atrapar, que pokémones.
LO BUENO: La posibilidad de avanzar por las tres historias con total libertad. El primer juego canon de la franquicia con un mundo completamente abierto. Más descontracturado y dinámico en ciertas mecánicas, como TMs, recordar movimientos y Auto Battles, pero…
LO MALO: …muy anticuado en muchas otras, como el pésimo diseño de UI, escasas opciones de configuración y accesibilidad. No tiene traducción a español latino. Visualmente pobre y técnicamente roto por todos lados, los glitches y la desprolijidad gráfica arruinan la experiencia. El diseño de los nuevos pokémones deja bastante que desear.

Este análisis fue realizado a través de un código de Nintendo Switch provisto por sus desarrolladores.

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