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[REVIEW] Uncharted 4: A Thief’s End

uncharted 4 main

Una historia de amor fichinero correspondido

La tormenta golpea con fuerza la embarcación. Olas gigantescas explotan en la proa de la lancha mientras una copiosa lluvia nos da latigazos en la espalda. Mi hermano me grita advirtiendo que los enemigos se acercan. Con una mano esquivo las olas y las rocas, con la otra disparo a sus tripulantes. Choco con sus embarcaciones y tengo la poderosa sensación de que esto no termina bien, pero soy Nathan Drake, el héroe de Naughty Dog y el niño mimado de Sony. Pensé que era inmortal, pero dicen que esta es la última entrega y temo por mi vida. En el pantalón tengo una mancha. Creo que el miedo me aflojó el esfínter, pero soy un héroe y para proteger mi honor, debo decir que esto es… una mancha de café.

Quisiera ser objetivo a la hora de escribir sobre Uncharted pero me es imposible. Quiero pedirles disculpas porque todo lo que voy a decir, lo voy a hacer desde el corazón del gamer, desde esas fibras que Naughty Dog sabe acariciar con cada uno de sus juegos. Porque saben exactamente cuales son las cuerdas que hay que tocar a la hora de hacer una auténtica sinfonía para nosotros y Uncharted 4 no es una excepción a esta regla. Vivo un romance especial con cada producto de estos muchachos. Un romance por primera vez correspondido, porque finalmente me toca hablar sobre ellos.

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